martes, 19 de diciembre de 2006

Ser dueño de tu propio poder

Ser Dueño de tu Propio Poder
Martin Brofman,Ph,D.
(De “Mejore su visión”, Kier)

Ser dueño de tu propio poder, tu poder de ser auténtico, de ser quien realmente eres, trata de hecho, de apropiarte de tu libertad. De muchas maneras, has cedido tu poder y/o libertad por tu forma de hablar, de pensar y de ser.

Por ejemplo, cuando dices o piensas algo como, “Esa persona me hace enfadar”, has cedido a esa persona tu poder /libertad de decidir si estar o no enfadado. Has dicho que no tienes poder, y que esa persona tiene el poder de decidir cuándo te enfadarás.
Puedes elegir no hacerlo nunca más.

Sería más adecuado decir algo como, “ Me enfado cuando esa persona hace eso”. De esa forma, llegas a comprender que eres tú el que te ha hecho enfadar, y también que puedes decidir sentirte enfadado, o sentir algo distinto.

Nadie más que tú “hace” que te sientas enfadado, o triste, o deprimido, o feliz, o sexy, o aburrido, etc. A partir de ahora estás en el proceso de decidir por ti mismo sobre tu vida, tus opciones, tus acciones, tus sentimientos, y lo que ves, ¿porqué no adueñarte del poder de tomar decisiones a todos los niveles?

Presta atención a las palabras que utilizas, porque ellas forman la base de tus formas de pensamiento. Escucha tus palabras, y date cuenta si ellas reflejan o no tu libertad de decidir por ti mismo qué sientes o qué haces.

¿Dices, “Déjame hacer esto”, pidiendo permiso o expresas tus deseos diciendo, “me gustaría hacer esto”, o incluso “Voy a hacer esto”? ¿Dices “Esa persona me manipula” o “ Me permito a mí mismo ser manipulado”? Cualquier cosa que hayas estado haciendo que no haya funcionado para ti, puedes elegir no hacerla nunca más.

¿Te has reprimido de expresar lo que realmente querías por lo que pensabas que alguien pudiese pensar? Entonces, has cedido el control de tu poder de palabra a esa persona.

Eres libre, lo sabes. ¿ Estás deseando ser dueño de tu libertad?

¿Te has reprimido de mirar algo o a alguien por lo que otra persona pudiese pensar? Entonces, le has cedido a esa persona tu libertad de elección de ver lo que quieres.

¿Te has reprimido de hacer lo que querías por lo que otra persona pudiese pensar? Has cedido tu libertad de acción. Te has reprimido de hablar, de actuar, de ver lo que era autentico para ti. La visión clara se relaciona con permitirte ser auténtico, y confiar en ello, de hecho, insistir en ello.
Al ser dueño de tu libertad, también debes desear reconocer la libertad de los demás. Nadie te da tu libertad: ya es tuya. Sólo depende de ti ser libre. De la misma forma, tú no das a los demás su libertad. Tú sólo puedes reconocer que ellos la tienen.

Cuando haces algo, los demás son libres de sentirse como ellos elijan con lo que tú haces. Para ti, sin embargo, solamente estás siendo auténtico, y actuando con amor y libertad según tus motivaciones. Si te malinterpretan, puedes elegir aclarar el malentendido a través de la comunicación. No es necesario que cambies tu forma de Ser por la forma en que los demás se sienten. Si eliges cambiar, debe ser porque tiene sentido para ti hacer las cosas de distinta forma.
De la misma manera, si otra persona hace algo por lo que tú eliges no sentirte bien, esa es tu opción. Esa persona también es libre. Si el no sentirse bien es el resultado de un malentendido, puede aclararse a través de la comunicación. No supongas nada. Pregunta, y entonces lo sabrás.
Si el no sentirse bien es el resultado de apegos que necesitas liberar en tu camino hacia la claridad y la libertad, puedes encontrar otra forma de pensar y de sentir para sentirte mejor, en la que no estás decidiendo lo que otra persona haría de distinta manera, sino preferiblemente lo que tú necesitas hacer de otra forma.

Si esperas que la otra persona cambie su forma de Ser por la forma en que te sientes, entonces estas queriendo controlar a esa persona. Si no quieres que te controlen, ¿estás deseando dejar de controlar?.

Quizás en el pasado, cuando observabas una situación que no considerabas óptima, habías decidido lo que la otra persona debería haber hecho de forma distinta, o que debería hacer diferente en el futuro. Cuando te apropias realmente de tu poder y de tu libertad, eso ya no lo haces más. Sólo decides lo que podrías haber hecho de distinta manera entonces, y lo que puedes hacer de distinto a partir de ahora, en el futuro. Cuando eres sincero acerca de esta cuestión, tus pensamientos se incluyen también en el proceso. Mientras te encuentres pensando lo que otros harían, o pensarían, o sentirían, no eres totalmente dueño de tu poder o de tu libertad.

Si quieres ser dueño de tu libertad, ¿estás deseando reconocer la libertad de los demás también? Entonces, puedes comprender que no haces a los demás tristes, si no que ellos pueden decidir sentirse de esa forma cuando tú haces algo. Tú no les haces felices, si no que ellos optan por sentirse así cuando tú haces algo.

No importa lo que hagas o digas, algunas personas lo aprobarán y otras no. Tienes la libertad de decidir con qué personas estarás. Si decides estar con los que te juzgan, puedes sentirte como una mala hierba en un jardín, sintiéndote constantemente como si necesitases defenderte a ti mismo y a tu forma de Ser.

En cambio, puedes elegir estar bien cuando te juzguen, sabiendo que solamente estás siendo quien tú eres, y que los demás son libres de sentir lo que quieran al respecto. Pueden estar juzgándote bajo sus estándares, pero tú estas viviendo bajo los tuyos propios. También puedes elegir estar con esas personas que no te juzgan y que, en cambio, te aprecian por quien eres.

Puedes sentirte más libre, y más relajado cuando eres auténtico, siendo quien realmente eres tú. Comprenderás que tú no eras una mala hierba, sino solamente una flor en el jardín equivocado.
Quizás en el pasado tendías a cambiar, a ser alguien distinto de quien eres realmente para ser amado o para obtener amor. Si quieres saber que te quieren por quien tú eres, entonces sé quien realmente eres, y muestra esa imagen para que te amen así.

El amor no se puede pedir. Debe fluir libremente y darse libremente. Entonces sabrás que ese amor es auténtico. Si tú creas una imagen de ti para que te quieran, y la gente ama esa imagen, con eso no te sentirás querido por quien realmente eres.

Si las expresiones de amor se piden, entonces no sabes en realidad si se manifestarían en caso de que tú no la pidieras. Todavía no estarías seguro del amor. Date cuenta de cuando las expresiones de amor proceden libremente de los demás, cuando tú eres auténtico. Entonces, sabrás que llegan porque los otros eligen expresar su amor, y sabrás que es auténtico. Cuando sabes que el amor está ahí, ábrete y siéntelo.

A veces, las expresiones de amor son malinterpretadas, porque nos han enseñado distintas formas de expresar el amor que sentimos. La forma en que algunas personas expresan su amor es a veces malinterpretada como amor arrebatado. Los malentendidos pueden resolverse a través de la comunicación, de modo que las expresiones de amor al final pueden ser esas en las que destaca la experiencia de la persona que las recibe, algo que les hace sentir bien.
Acuérdate de expresar tu amor también de esa forma. Expresa tu amor de la forma en que te gustaría que los demás expresasen su amor por ti, de una forma en que el resultado sea que se sientan bien, y de una forma en que tú serías feliz cuando lo recibieras.

Tienes el poder y/o libertad de ser quien tú realmente eres, de estar donde quieres estar, con quien realmente te gustaría estar (si a ellos les gustaría realmente estar contigo), haciendo lo que realmente quisieras hacer. Los demás también tienen el mismo poder /libertad.

Si honestamente te encuentras incapaz de decir, “Amo donde estoy, Amo con quien estoy, Amo lo que estoy haciendo”, entonces algo tiene que cambiar. Tienes el poder y/o libertad de hacer que cambie.

Si es una situación donde no te sientes feliz, tienes tres opciones:

1. Cambia la situación. Reordénala.
2. Cambia la forma en que ves la situación.
3. Deja la situación, y encuentra otra.

Si la situación, por ejemplo, es tu trabajo, puedes cambiarlo de manera que lo que estés haciendo signifique más para ti. O puedes verlo de otra forma en la que te sientas mejor y por lo tanto te sientas feliz en esa situación (pero debe ser auténtica para ti). Si no haces ninguna de estas cosas, entonces quizás necesitas hacer algo distinto, en un trabajo distinto, de manera que desees cada día invertir tiempo y energía en él.

Si es tu hogar, ¿te sientes como en casa en él? Si no, reordénalo de forma que lo parezca. O de otra forma, elige verlo como que es realmente perfecto para ti ahora. En caso contrario, múdate.

Si crees realmente que estos cambios son demasiado inmensos para ti, que “no puedes hacerlos”, es porque tú has cedido tu poder y/o libertad. No es que no seas capaz de realizar estos cambios, sino que no has elegido hacerlo. Aún tienes el poder de crear tu vida de la forma en que realmente te gustaría que ésta fuese. Tienes el poder y/o libertad de cambiar lo que no ha funcionado para ti, cambiar lo que no ha resultado en tu ser tan feliz como te gustaría que fuese.

¿Estás con gente con quien realmente no disfrutas estar? Si es así, has cedido tu poder de ser feliz a ellos.

No tienes que hacerlo nunca más.

Si has cedido tu poder, puedes recuperarlo. Aún es tuyo. Aprópiate de él.

Tu poder y/o libertad también incluye tu opción de cambiar los patrones dentro de ti mismo que reconoces que no han sido óptimos, que son el resultado de una percepción equivocada y de formas limitadas de comprender.

Tus apegos y adicciones están entre tu libertad y tú. Cuando eres libre, eres capaz de decidir en cada momento qué te gustaría hacer y qué tiene sentido hacer. No te permites a ti mismo ser controlado por programas pasados.

Cuando eres adicto a algo y no lo obtienes, no te sientes bien. El grado de tu malestar muestra el grado de apego o adicción. Puedes elegir no dar tu poder a tus apegos, o al objeto de tus apegos.

El desapego es libertad.

No se trata de desprenderse. Desprenderse es alejarse de todos los sentimientos. El desapego permite sentimientos positivos de alegría cuando tienes algo. Cuando hay algo que no tienes, eres capaz de focalizar tu atención en lo que tienes.

Si por ejemplo estás apegado a una cena con langosta y no puedes cenar langosta, no eres libre de disfrutar lo que tienes. Cuando no estás apegado puedes disfrutar una ensalada, un bistec, o si dispones de langosta, realmente disfrutarla también.

Si estás apegado o eres adicto a una persona, cuando estás con ella pasas tiempo preocupándote por cuándo no estarás con ella, y cuando ella no está, pasas tiempo echándola de menos y no estás presente con la gente que están contigo. Eso no es libertad.

Tienes el poder y la libertad de estar totalmente presente dondequiera que estés, disfrutando de lo que este ocurriendo.

Los demás no tienen que cambiar su forma de Ser por tus apegos, y tú no tienes que cambiar tu forma de Ser por las adicciones de los demás.

Tú asumes la responsabilidad total de ti mismo y de cualquier cosa que pienses, hagas o digas, y reconoces que los demás tienen la responsabilidad por cada cosa que elijan pensar o hacer o decir.

No decidas qué piensan los demás o qué harán en equis situación, porque realmente no lo sabes, esa es su responsabilidad(de los demás). Sólo necesitas examinar tu propia conciencia y lo que ocurre en ella.

Los demás son libres para querer lo que quieren y tú eres libre de decir sí o no a eso. Es correcto para ellos quererlo y es correcto para ti no quererlo. De la misma forma que eres libre de querer lo que quieres y los demás son libres de no querer lo mismo. Cuando ambos queréis lo mismo, hay un acuerdo libre, y entonces es probable que algo suceda. Si no, puedes estar de acuerdo en no estar de acuerdo y cada uno puede encontrar la felicidad y la satisfacción a su manera.

Cada persona tiene derecho a tener su propia opinión y sus propios pensamientos y deseos, y tú eres libre.

Revisa la película de tu vida, en la que no eres solamente el protagonista sino también el director y el público. ¿Cuáles eran los efectos de tus acciones y palabras? ¿Podrías haber escrito un mejor guión para ti mismo? Si es así, ¿qué hubieses hecho de otra manera? ¿Podrías haber actuado con más amor, más comprensión? Revive la situación en tu mente haciéndola distinta y mira un final diferente. Decide que si la situación se presenta de nuevo, la revivirás de la forma nueva.

Dedícate a esa decisión. Así has cambiado para mejor, porque era tu elección y has aprendido lo que necesitabas.

Asimismo debes darte cuenta de que las cosas ocurren de la forma que tienen que ocurrir, con la química de las personas involucradas para obtener el resultado que es necesario que se dé. La próxima vez, sin embargo, serás capaz de lograr el mismo resultado con más armonía.

Continúa haciendo esto hasta que seas capaz honestamente de dar a tu película y a tu personaje grandes repasos. Si vieras esa película en el cine, pensarías que es una película fabulosa con una estrella inspiradora: ¡tú! Recomendarías la película a tus amigos y disfrutaríais viéndola de nuevo.

Fíjate en cuáles son tus motivos para hacer las cosas. ¿Cuáles son tus motivaciones? En una situación equis, ¿estás escogiendo el miedo o la libertad? ¿Estás haciendo las cosas porque realmente las has elegido? ¿O las estas haciendo, o no haciendo, por miedo? Confía en tus instintos y en lo que es auténtico para ti, y haz lo que realmente quieras hacer.

¿Te contenías de ser quien realmente eres porque pensabas que tenías que hacerlo, y luego te dabas cuenta que realmente no tenías que haberlo hecho? Entonces, la base de tu decisión y tus acciones era el miedo. Toma la decisión de que no tienes que hacerlo nunca más. Puedes ser quien realmente eres y la gente te disfrutará aún más. Cuando haces lo que realmente quieres, algo maravilloso ocurre.

¿Tu motivación es el amor o es la culpa? ¿Haces las cosas para evitar sentirte culpable, porque te sentirías culpable no haciéndolas? ¿O actúas claramente, haciendo lo que realmente quieres hacer como una expresión de amor?

Si hasta ahora tus motivaciones han sido el miedo o la culpa, ¿quieres seguir de esa manera? No tienes porqué, lo sabes.

Puedes hacer una elección consciente, una profunda decisión: que el miedo, la culpa, o la ira no vuelvan a controlar tu vida, para actuar como un Ser conscientemente libre. Cuando tomas realmente esa decisión, y a partir de ese momento te descubres tomando una decisión de hacer o no hacer algo basándote en el miedo, la culpa, o la ira, toma entonces una decisión distinta. Así no permitirás que te controlen los patrones pasados de ser o hacer, sino que estarás viviendo realmente tu libertad.

Eres realmente libre. Solamente tienes que adueñarte de tu libertad, y ser libre. No sólo te sentirás mejor y disfrutarás tu vida mucho más, sino que también liberarás patrones que se asociaban con la visión distorsionada. Vas a volver a la claridad.
Eres libre de pensar de la forma que elijas, y amar de la forma que elijas, y actuar de la manera que elijas.

La gente que te ama disfruta viéndote feliz de la forma en que realmente te gusta ser feliz, siendo la expresión más plena de tu Ser, siendo auténtico, siendo todo lo que tú puedes ser. La gente que te ama realmente quiere que tengas éxito.

Sin embago depende de ti.

Tienes el poder y la libertad de ser auténtico, de ser feliz, de tener éxito, de estar satisfecho.

Mira claramente lo que es auténtico para ti.

Y vívelo.

Mientras nos han enseñado que es algo bueno ser nosotros mismos, de hecho también nos han enseñado de muchas maneras que no tenemos que ser nosotros mismos para complacer a los demás, y que es bueno complacer y hacer feliz a los otros.

Parece ser una elección entre hacer feliz a los demás siendo nosotros mismos, por un lado, y hacernos felices a nosotros mismos, por el otro.

Si has estado eligiendo no ser tú mismo para que otros fueran felices, has decidido que complacer a los demás era más importante que ser realmente tú. Esta era una bonita expresión de tu amor, pero con un coste elevado para ti y para tu facilidad de Ser y tu salud. La facilidad de Ser se asocia con la salud. No ser tú mismo requiere una inversión de energía que también se conoce como estrés, un elemento no saludable desde ningún punto de vista.

Lo que tiene mayor sentido es cambiar tus prioridades de forma que ser auténtico sea lo más importante y, de hecho, una parte necesaria de cualquier proceso de sanación.

Aún puedes disfrutar expresando tu amor de cualquier forma que funcione para ti y saber la importancia de ser auténtico. Siendo tú mismo. Siempre.

Con claridad y amor.

Sir Martin Brofman PhD
“Mejor su visión”, Kier, Buenos Aires.